lunes, diciembre 28, 2009

Carta al Viejito Pascuero

Querido Viejito pascuero

Hace bastante tiempo que no te escribía. Desde que sorprendí a mis papás ocultando los regalos que traías en el ropero. Eso en realidad explicaba porque nos traias el camioncito de madera que había visto hacer a mi papá o aquel gokart, cuyas piezas vi con antelación.

Debo confesarte que mi primera idea fue pedirte que pagaras todas mis deudas. Pero no. Así piensan los niños egoístas que sólo piensan en ellos. Y yo hace tiempo que deje de serlo, aunque algo quedó del niño. No, en realidad y como tú sabes estamos de elecciones en Chile, así que quiero pedirte algo para mi pueblo. Algo sencillo, que me parece no debería ser muy dificil: Que elijamos a los mejores políticos. Pero sabes, voy a rehacer mi deseo. La experiencia me dice que muchas veces los mejores tienen completo de tales, y eso los hace sordos a lo que no sean las alabanzas y ciegos, ante las personas. Son muy buenos para ver datos y estadísticas, pero se olvidan de la gente y tratan de hacernos creer que en todos lados ven a una "Señora Juanita". Jamás cometen errores, por lo que nunca piden perdón, ni se arrepienten de lo que hacen. Y lo peor, es que como son los "buenos", están convencidos que todo lo que hacen para conservar el poder es bueno y bonito.

No. En realidad, prefiero pedirte que elijamos gente humilde, que escuche, que reconozcan en las personas un otro válido, que reconozcan sus ignorancias y por eso mismo se dediquen a estudiar las leyes para que sean excelentes y no a hacerlas a "tontas y a locas", personas con convicciones para las cuales la dignidad de la vida sea un valor intransable, que siembren para cosechar en las próximas generaciones y que estén disponibles para dialogar sin perder por ello sus valores.

El problema, mi distinguido pascuero, es que tal como el camioncito o el gokart que me hizo mi padre, nos corresponde a nosotros exigir y trabajar para tener políticos honestos y con un sentido de la enorme responsabilidad que buscan asumir, pero también generosos, pues ya está bueno de los que buscan alcanzar puestos sólo para que los traten como semidioses y para enriquecerse a costa del pueblo que deposita sus esperanzas en ellos. O será muy dificl?

Bueno, si no es en esta será para la próxima Navidad.

.....................

Corolario:

Muchas veces nos relacionamos con nuestros políticos como con este mítico personaje. Esperemos de ambos que resuelvan magicamente nuestros problemas o hagan lo que nosotros tenemos que hacer. Es cierto que a ambos les caben roles muy importantes. Pero se hace preciso asumir nuestro rol.

Permitanme contarles una historia: Un día mi hija muy molesta me dice que a todas las niñitas les traían regalos, además del Viejo Pascuero los papás y que nosotros , en cambio, no le regalabamos nada. La llevé de la mano al baño donde habia un espejo grande y le dije, "hija te presento al viejo pascuero" Pasaron una segundos antes que entendiera que su padre era su propio viejo pascuero. Pensé que tal vez estaba matando esa magía que hace que los niños desarrollen su imaginación, pero me abrazó llorando emocionada. Había entendido que todos esos años quien se sacrificaba y le hacía regalos eran sus padres y que el viejo pascuero era una figura, una metafora, que representaba el amor de los padres. De la misma forma recuerdo , como hace poco tiempo, me dijo todos los políticos son unos ladrones. Debo confesar que me molesté y le dije "No te acepto eso. Tu padre también es político y yo soy un hombre honrado" Se disculpó, pero sentí que sólo me había sacado a mí de la lista. Ahora que lo pienso, debí haberla tomado - nuevamente- de la mano y poniendola al frente del espejo, decirle " Allí están -hija mía- los políticos del pasado y los del futuro. Lo que nuestra patria es hoy depende de que lo que junto a otros ha hecho tu padre y lo que que va a ser dependerá de lo que las nuevas generaciones hagan o dejen de hacer". Aun es tiempo, para la otra la pongo frente a su propio reflejo.