lunes, junio 16, 2008

Las ultimas 3 semanas en Chile

Las ultimas tres semanas han estado marcadas en nuestro país por tres hechos de enorme trascendencia que, sin duda, marcarán mucho más de lo evidente lo que nos pasará en el futuro. Son situaciones que siendo importantes que traerán consecuencias que es importante analizar y no dejar pasar sin detenerse a considerar.
Me refiero al discurso de la Presidenta del 21 de mayo, el fallecimiento y ulterior sepelio del General Bernales y al Paro de camioneros y su posterior resolución.
Revisemos el primer hecho: El discurso de la Presidenta de la República.
Existían importantes expectativas, como habitualmente ocurre ante este rito de la democracia. El cual de por sí, es tremendamente potente: la obligación de rendir cuenta ante la Patria del ( en este caso la) ciudadano (a) Presidente de la República de la marcha de la nación. Considérese que los alcaldes de cada municipio también tiene esta obligación la que debe darse antes del 30 de abril de cada año. Estas expectativas tenían relación con la posibilidad de eximir a la pensionados del 7% de la cotización de salud y la rebaja del impuesto específico a los combustibles, lo que determina en parte el alto valor de estos. En vez de ello escuchamos un largo discurso en que si bien se procuró enfatizar en los logros de la gestión de la Presidencia, iniciándolo con un hecho que nos ha marcado tremendamente a los chilenos en el último tiempo, como ha sido la erupción del volcán Chaitén, y frente al cual se ha dado una respuesta pronta, enérgica y unitaria de todos los sectores de la sociedad. Este último aspecto era especialmente destacado por la mandataria, como la posibilidad de hacer grandes cosas por nuestra patria cuando nos ponemos de acuerdo.
Lamentablemente las expectativas no se cumplieron. No hubo anuncios sobre la posible disminución del 7% a salud, sino el anuncio de un bono de $20.000 que se entregará al 20% más pobre, cifra cercana a 1.400.000 personas, totalizando US$ 62 millones. Esta iniciativa tiene como objetivo ayudar a paliar el impacto del aumento del IPC en el poder adquisitivo de este enorme grupo de chilenos. Pero lamentablemente es una medida escuálida que tendrá sólo un modesto efecto en el poder de consumo de estos sectores. Considérese que en Conchalí el 8% de la población es clasificada como pobre por las instancias oficiales. Sin duda hubiese tenido mayor impacto una disminución o eliminación del IVA de los productos de la canasta básica (pan, leche, arroz, fideos, etc.), lo que a su vez hubiese sido un empujón a sectores alicaídos de la industria. Tampoco hubo ninguna consideración respecto al importante aumento del IPC en los últimos 12 meses, del que ya hemos hecho mención. Tema frente al cual era obligatorio pronunciarse por cuanto esto impacta sobre los bolsillos de todos los chilenos. Lamentablemente, el aumento del precio de los alimentos provocará una disminución del consumo, lo que disminuirá las ventas y por tanto la producción, lo que tendrá efectos sobre el empleo tarde o temprano.
Concluía finalmente la presidenta, con un llamado a construir un Estado social y democrático para el siglo XXI, con las palabras del Cardenal Raúl Silva Henríquez, quien afirmaba "Hay que rescatar la supremacía del hombre, la inviolabilidad de toda persona humana, la intangibilidad de todos sus derechos: su derecho a la tierra y a la vivienda, su derecho a la educación y a la salud, su derecho al trabajo y al descanso, su derecho a sindicarse y agremiarse, su derecho a expresarse e informarse, su derecho a participar responsablemente en las decisiones ciudadanas, su derecho a elegir en conciencia su camino y su fe."
Pocos días después fuimos testigos del lamentable fallecimiento del General Bernales y la manera en que la ciudadanía lo despidió. Fue un hecho notable el afecto con que la gente salió a las calles y como hizo suyo el apelativo de General del Pueblo, que su hijo destacó en su discurso de despedida. En efecto, el general fue apodado de esa manera por la gente que valoraba, tanto la dedicación por su pega, el amor por su familia que le conocimos con ocasión de estos tristes sucesos, pero principalmente por la forma en que trataba a sus subalternos, como le conmovían los sufrimientos de su gente y la amabilidad que dispensaba a las viudas, pese a su apariencia adusta. Caracterizado así no parece extraordinario, pero la suma de estas cualidades hizo que la gente sencilla lo despidiese de una manera que nos sorprendió y que algunos consideraron incluso excesiva. ¿Por qué? Esta respuesta fue respondida por su hijo, cuando este interpeló a la sociedad, como pocas veces lo hace un ciudadano común y silvestre, al preguntar por qué no más jueces “del pueblo”, parlamentarios “del pueblo” y autoridades “del pueblo”. No hacía sino suyo la demanda de la gente de contar con autoridades que haciendo su trabajo, cumpliendo con su deber, no perdiesen su humanidad y que el ejercicio de la autoridad no significase envanecerse, sino una responsabilidad que debe asumirse con sentido del honor y de la lealtad, conceptos que hoy parecen oler a naftalina.
Finalmente todo Chile fue testigo del paro de camiones, que volvió a mostrar –una vez más– nuestra indefensión como país. Unos cuantos cientos de camioneros ubicados estratégicamente, pusieron en riesgo de desabastecimiento a las principales ciudades. Que paradoja que se gasten millones de dólares en defensa, pero la escasez de petróleo y unos camioneros pongan en riesgo al país. Ello demuestra que una vez más se actúa con falta de prolijidad, con desidia y se subvalora a un actor social. Menos mal que solo duró un par de días, porque sino hubiese habido una situación inmanejable. La solución del conflicto no fue la óptima. Se les garantizó un alto porcentaje de devolución de los impuestos pagados por concepto del petróleo. Pero esto sólo los beneficiará a ellos y no a la totalidad de la población, como hubiese sido una disminución de estos impuestos. Si bien algunos han planteado que esta medida sólo beneficiaría a los sectores de más altos ingresos, permitiría una disminución permanente del precio de estos combustibles y por consiguiente evitará el aumento de las mercancías transportadas, alimentos inclusive. Medida mucho más deseable que la inyección de US$ 1.000 millones que durará muy poco por el alto precio del petróleo, cuestión sobre la cual es poco lo que podemos manejar por la dependencia que tenemos de un recurso que no poseemos. Esto último nos exige como país ser mucho más atrevidos en la búsqueda de soluciones permanentes al tremendo problema energético que tenemos, que no es un tema ni menor ni de corta duración, el que lamentablemente no fue parte del discurso de la señora Presidenta.
Que tienen en común estos hechos? Pues la necesidad de nuestra sociedad de contar con liderazgos distintos, cercanos, pero no menos eficientes, centrados en la resolución de los problemas de hoy con humanidad, pero que al mismo tiempo sean capaces de avizorar los grandes desafíos del futuro con creatividad y sentido patriótico, capaces de entusiasmar a las nuevas generaciones con un proyecto de país, con un alto sentido de moralidad en lo público y en lo privado, con el coraje de enfrentar la corrupción y el nepotismo. Lideres capaces de asumir que el mal no sólo está en la vereda del frente, sino también en este lado de la acera, y que tarde o temprano tendrán que dar cuenta de sus acciones, como de sus omisiones.

Esos serán los héroes del siglo XXI.