viernes, septiembre 26, 2008

La partida de la campaña y los pijama party

Hoy de madrugada se dio inicio oficialmente a las campañas municipales. Digo oficialmente, porque en realidad ya habían partido hace rato. Lo malo es como sostenemos una mentira que implica una evidente vulneración de la ley y los "gestos creativos" que eligen algunos candidatos para partir. Particularmente me refiero a la denominada pijamada que realizaron algunas candidatas a alcaldesas y concejales en la Plaza Baquedano. Este tipo de actividades evocan señales equivocas. No se trata de ponerse graves. Pero ello nos hace pensar que algunos toman la política como si fuera una fiesta permanente, una actividad frívola, cuando en realidad es una enorme oportunidad de hacer el bien, pero también el mal. Pareciera que aunque quieran dar a entender que "así mostramos que estamos disponibles de día y de noche", lo que hacen es reforzar el estigma de que los políticos actúan irreflexiblemente o sin conciencia de las consecuencias de sus acciones, en concreto irresponsablemente. Actuar de esta manera es el caldo de cultivo de vicios mayores, como la corrupción, la desidia, la displicencia o el despilparro de los recursos públicos.

Tal vez estos ya no son tiempos en que se inicien las campañas con actos multitudinarios, pero por Dios que hecho de menos los discursos que -aunque no fuesen brillantes - implicaban un esfuerzo de los candidatos de recoger las necesidadas concientes e inconcientes de la gente y establecer propuestas o demandas que se hicieran cargo de las primeras. Es cierto que ello favorecía las habilidades de los encantadores de serpientes, pero ellos al menos hacían un intento de transmitirle algo más al elector que una imagen photoshopeada.

Por otro lado me impresiona la incapacidad de nuestras autoridades y de nuestros legisladores en transparentar y corregir una ley electoral que no se cumple. En efecto, me decía un juez de policía local la decepción que le provocaba que quienes elegíamos para hacer cumplir la ley ocupasen cualquier "chiva" para hacerse propaganda al margen de la forma y los plazos establecidos por la ley. Su conclusión era dramática: sino cumplen la ley ahora que son candidatos, ¿qué esperaremos de ellos cuando sean autoridades y tengan poder? No olvidemos que esta ley fue generada por el gobierno militar y que la lógica del legislador ( la Junta de Gobierno) se basaba en la desconfianza a los políticos y en un esfuerzo por mantener sus enclaves a cualquier precio. Efectivamente hay aspectos positivos en la ley, como prohibir la instalación de carteles en los cables del alumbrado público por el riesgo consiguiente, o en las esquinas por el bloqueo de la visión de los conductores u otras, pero no es menos cierto que fijar la responsabilidad de su cumplimiento en los municipios, cuyas autoridades también postulan a cargos de elección pública es un mal chiste, como limitar sólo al último mes la campaña. Estaremos de acuerdo en que se han hecho esfuerzos, principalmente en el ámbito del financiamiento público de las campañas, pero aun hace mucha falta transparentar más, especialmente respecto al financiamiento de las campañas, a los padrinos políticos o empresariales que están detrás, a los intereses económicos de los partidos (porque estos también tienen inversiones).

El grave riesgo es que si no tomamos medidas en forma urgente, la política se consolidará como una actividad desprestigiada y ahuyentará a los pocos que conservan sueños, para dar paso a los traficantes de siempre que esperan su chance.

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