jueves, junio 01, 2006

El Conflicto estudiantil o la Rebelión de los Pingüinos

El Conflicto estudiantil o la Rebelión de los Pingüinos

Ciertamente este movimiento nos provoca, a muchos, cierta nostalgia de la lucha contra la dictadura, lo que resulta profundamente paradojal en este cuarto gobierno de la concertación. Se han repetido en este movimiento situaciones de aquellos años que no deberían darse en un contexto democrático. Por ello mismo no puedo sino celebrar la respuesta de ayer de la Presidenta Bachelet y las primeras medidas de la Comandancia de Carabineros, pero cabe analizar lo que está ocurriendo así que hagamos un intento, poniendo el acento en la crisis de valores que está detrás de esto.

La opinión pública solidariza con los alumnos y comparte el juicio de que hay elementos negativos en la actual situación de la educación. Incluso podríamos decir que ya está instalado en el imaginario colectivo que la educación se encuentra en crisis. Ello no parece ser concordante con la enorme inversión y las diversas medidas que se han tomado en el marco de la Reforma educacional durante estos años.

En efecto, los jóvenes declaran un listado de demandas que explicitan sus necesidades e insatisfacciones. Algunas parecen bastante razonables, como la gratuidad del pase escolar o de la PSU, pero llaman la atención por su carácter político otros temas como la modificación de la LOCE, asimismo la eliminación de la Jornada escolar completa JEC dice relación con la frustración e insatisfacción de uno de los pilares de la Reforma.

Este aspecto era considerado clave en un proceso de mejoría de la enseñanza por cuanto se estimaba que a mayor cantidad de horas de clases mejorarían los aprendizajes y se disminuirían las diferencias de calidad de la educación, facilitando por tanto el ascenso social, y colocando a Chile a la altura de los países desarrollados, sin embargo diversas investigaciones afirman que sobrecargar con estudio después de la escuela, no garantiza un aprendizaje eficaz de los alumnos. No obstante ello, aprender efectivamente sí requiere de calidad de tiempo. Lo que no valoran los jóvenes con los talleres y otras actividades desarrolladas tras su jornada regular. Es más, la lógica de la JEC es que los niños estudien y hagan sus tareas en los establecimientos, lo que muchos padres sabemos que no es así.

Si no es así, entonces a qué obedece el interés obsesivo por mantener la JEC como obligatoria y fijar metas a los colegios para que la logren, independientemente de sus logros?. Considérese en este sentido que los colegios de excelencia, como el Instituto Nacional, no han quedado liberados de esta exigencia, lo que obligará a algunos incluso a disminuir su matrícula en un efecto perverso. La única respuesta posible al respecto, es una sola: control social, evitar por razones de “seguridad ciudadana” que los niños estén en las calles, afectando el derecho de los padres a estar con sus hijos, o si lo prefieren ver en forma positiva dándole las facilidades a los empleadores para tener a sus trabajadores hasta tarde, ya que los colegios hacen de guarderías de los menores.

El punto es que ello violenta la libertad de educación, así como el derecho de los padres de elegir la mejor educación que estimen para sus hijos. Sí, debería respetársenos el derecho a elegir y no tratarnos como infradotados. Pero como conciliar ello con políticas que tiendan a producir mayor equidad?

Un primer aspecto es la función social de la educación. No cualquier pelafustán puede hacerse cargo de un colegio y ser su sostenedor. Si hasta para conducir un vehículo o tener una patente de alcohol se establecen requisitos exigentes en materia de honorabilidad e incluso conocimiento. Debería ser una suerte de licencia renovable sujeta a requisitos previos como estudios de post grado y a cumplimiento de metas establecidas por la comunidad escolar. Incluso debería establecerse instancias en las que se intervenga un establecimiento que no cumpla dichas metas o estándares mínimos de calidad. Dicha renovación puede estar asociada a requisitos formales, como la obtención de patente municipal, las imposiciones al día, el establecimiento de un consejo escolar, con centros de padres y de alumnos autónomos, no tener juicios laborales pendientes y un programa de perfeccionamiento del profesorado, entre otros. Por otra parte, el estado debe entregar los recursos que permitan que los estudiantes tener una educación de calidad.

Justamente otro aspecto clave es el financiamiento. Recordemos que esto se financia a través de una subvención asociada a la asistencia que tienen los niños durante un mes. Por tanto lo que les conviene a los sostenedores es tener cursos con muchos alumnos que tengan buena asistencia, por tanto, los niños con problemas de rendimiento o con problemas sociales que afecten su asistencia son “un cacho”, lo que conlleva a un penoso proceso de segregación social de los menos dotados. Urge, por ende, modificar el sistema de financiamiento reemplazándolo por un sistema que si bien considere la matrícula, priorice el cumplimiento de metas acordadas por la comunidad escolar a sugerencia de las instancias propias del Ministerio.

El rol del Estado. El rol fundamental del Estado es el de garantizar el acceso a la educación en un contexto de libertad de educación con recomendación de mínimos necesarios, evaluando el cumplimiento de dichas metas y de la normativa dotando de recursos bajo la figura de fondos concursables, premios a la calidad a profesores, sostenedores y alumnos, entre otros. Para ello podría ser bastante útil el establecimiento de una Superintendencia de Educación (idea que acaba de plantear la Presidenta en su discurso de hoy), que incluso intervenga provisionalmente establecimientos de baja calidad para colocarlos en posiciones más óptimas.

El manejo del conflicto

Sin duda han quedado en evidencia enormes errores de manejo de esta situación. El primero ha sido el de menospreciar al “adversario”. Aquí falló en forma alarmante la “inteligencia” del Ministerio, así como el ejército de periodistas de esta dependencia, los que podrían haber presentado un cuadro claro a los responsables políticos de quienes eran sus líderes, de sus demandas, proyectos y hasta donde estaban dispuestos a llegar, así como el respaldo que encontrarían entre los alumnos y en la sociedad.

Segundo elemento, ha sido la forma en que el Ministerio ha dilatado el conflicto sin presentar propuestas hasta hoy, con el discurso de la Presidenta. Digámoslo con claridad, el anterior Ministro y hoy Presidente del PPD tenía suficiente información de lo que vendría y lo dilató para no afectar las elecciones presidenciales, tirándole el problema al nuevo gobierno.

Los muchachos han mostrado una claridad en sus demandas y han tenido un manejo que muchos políticos tradicionales deben envidiar, tanto como la convocatoria que estos han tenido. Al mismo tiempo, las tecnologías computacionales les han permitido comunicarse y establecer estrategias con bastante agilidad. Tomemos como ejemplo de ello el listado de blogs, correos electrónicos y páginas Web que los estudiantes han usado (algunos de los cuales aparecen en El Mercurio de hoy o la publicación de este conflicto en la Enciclopedia libre Wikipedia). Han dado lecciones de estrategia y de preocupación por los grandes temas políticos que habla muy bien de ellos. Sin duda hay muchos de pensamiento simplón, pero sus líderes son tremendamente despiertos y han diferenciado entre una agenda corta y otra de mediano plazo, entre los temas inmediatos y aquellos que requieren de modificaciones legales de carácter orgánico, que parecieran ser ahora posibles.

Que sorprendente que después de tantos años en que nos quejamos del ensimismamiento, la frivolidad y la apatía de la juventud, hoy somos testigos de la mayor movilización social desde la Unidad Popular, que fue en contra de la ENU ( qué vueltas da la vida! ). Hay aquí una semilla que dará fruto en algún momento y frente a la cual debemos estar despiertos y velar por que tenga un buen crecimiento. Nosotros somos responsables.

Qué viene?

La clave está en la respuesta que las asambleas de estudiantes den al planteamiento de la Presidenta Bachelet, las iniciativas legales concordantes con ello y el acompañamiento que la sociedad les dé. Insisto: es tremendamente esperanzador ver asambleas de jóvenes discutiendo su futuro y el del país, repitiendo “a mí me importa”, pero al mismo tiempo debemos estar alertas a las manifestaciones de nihilismo que vemos en las calles.

Es muy probable que se acojan dichos planteamientos o que a partir de estos se establezcan un acuerdo general que postergue los temas legales para los actores correspondientes, los que deben estar atentos a esta magnifica oportunidad de derribar uno de los últimos enclaves de la dictadura.

Nuestro partido debe caminar con los jóvenes y asumir el liderazgo político que las circunstancias requieren con claridad, proponiendo las iniciativas legales pertinentes o enriqueciendo las que la Presidenta proponga. La oposición ha querido torpemente aprovecharse de las demandas juveniles, planteando al mismo tiempo su negativa a la modificación de la LOCE. Los sectores liberales de la Concertación, sin duda, querrán afectar tanto la libertad de educación, como los contenidos valóricos de ésta. La democracia cristiana está llamada a cumplir un rol histórico, no podemos dejar que - como decía Tomic - pase el hilo de la historia a nuestro lado.


Fraternalmente

Leopoldo Quezada Ruz

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